martes, 23 de noviembre de 2010

Capítulo 1

Hace días, limpiando la habitación de mi abuela conseguí su diario. Ella, con una sonrisa en el rostro me permitió leerlo. 

Fui a mi habitación y a la luz de mi lámpara de noche comencé a leer, dirigiéndome a una época mas fácil, mas sincera, mas real.

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Todo comenzó en el verano de 1940, antes de que el mundo estuviera en guerra, cuando las aves no le habían dado paso a los aviones y los veleros a los buques con explosivos.

La imprenta de papá había recibido una propuesta muy tentadora en Europa y mamá y el planearon dos viajes, el de ellos, y el de mi hermana menor y yo a Carolina del norte junto a mis abuelos. 

Monique y yo empacamos nuestras cosas con resignación, despidiéndonos del verano que habíamos planeado junto a nuestros amigos, Mi hermana menor y yo compartíamos habitación, gustos y amistades, suena extraño, viniendo de hermanas, que por ley deben pelear a cada minuto por maquillaje, ropa y salidas, pero las cosas con Monique dejaron de ser así hace mucho, solo tenemos 11 meses de diferencia de edad. Cuando yo apenas tenía dos meses de nacida mi mamá se enteró de que había ocurrido un "accidente" Y 9 meses mas tarde nació Monique

Los días de preadolescente fueron los peores, no parábamos de gritarnos una a otra, pero ahora cuando tengo 17 años y ella 16 no podemos separarnos. Aparte de ser mi hermana, es mi mejor amiga y mi diario andante.

-No recuerdo Carolina del Norte -dijo ella.
-Tampoco yo.
-Habrá chicos? -Preguntó recelosa.
-Supongo. Mamá dijo que la costa es muy bonita, y la casa de los abuelos muy cerca de la playa eso si lo recuerdo.
-Ahhhh.

Recogimos todo y nuestros padres nos llevaron hasta la casa en donde estaríamos por estos 3 meses.

Nunca entenderé como mi memoria pudo suprimir la imagen de esta casa cuando yo era una niña.

La casa era gigantesca, con paredes blancas y un porche gigante. Los arboles de la entrada brindaban un hermoso lugar donde leer por tardes completas ya que no tenia planeado descansar junto a un enamorado.

Al entrar a la gran casa nos acogió un olor a galletas. La abuela estaba horneando mientras el abuelo cortaba leña en el patio trasero. ¿Leña? ¿En verano?

Saludamos a los abuelos y conversamos durante horas hasta que partieron a Europa.

-Estás hermosa -Dijo mi abuela mientras me ayudaba a desempacar en la habitación que había pertenecido a mama
-Gracias abuela -Y le sonreí.
-Monique es tonta, prefirió la cuarto de huéspedes en vez de quedarse aquí, esta es una de las mejores habitaciones de la casa.
-Veo por que mamá la amaba.

La amplia habitación tenía un balcón que daba al patio trasero, y lo mejor, la playa. Desde ahí podía ver la arena y el mar que ahora estaba completamente oscuro y en calma, acompañado de estrellas que brillaban en el cielo.

Escuchaba los grillos, y al sentir la brisa del viento supe lo fascinante que era este lugar.

-Y donde está Isabella? -Pregunté dudosa.

Bella, nuestra pequeña tía Bella. Apenas tenía 22 años, la hermana menor de mamá. Jamás le digas "tía" o te golpeara en la cara.

-Salió con Kevin- Dijo mi abuela - Casi nunca se separan.
-Cuándo es la boda?
-En invierno, así que te veré de nuevo muy pronto.
-Me verás todos los días durante 3 meses. Estoy segura de que llegará el momento en el que me odiarás.
-No lo creo-Dijo ella con seguridad.

Solo sonreí y terminé de guardar mi ropa en los cajones, Mis libros en la repisa y mi neceser al alcance.

Cuando estuve sola, me puse mi pijama y me acosté en la gran cama. Era verano, pero el viento estaba helado. Definitivamente no entendía este lugar.


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