viernes, 10 de diciembre de 2010

Capítulo 20 (Final)

Ahora sí, este ya es el capítulo final. Pronto les avisaré de una nueva novela. Y les repito: Gracias por estar al tanto de leer estos 20 capítulos♥ Enjoy it.
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-¿Algo nuevo? –Preguntó Monique.
-Listo – Dijo Bella convencida.
-¿Algo viejo?
-También.
-¿Algo prestado?
-Ya.
-¿Algo Azul?
-También.

Ya estaba todo listo, pero yo estaba demasiada nerviosa por todo esto que ni siquiera tenía capacidad para hablar.

Sentí un millón de mariposas revoloteando libremente en mi estomago. Lo que mas temía era que mis nervios destruyeran el trabajo que habían hecho las chicas en mí.

El vestido de novia era perfecto, soñado, al igual que cada detalle que adornaba hoy mi cuerpo. El jardín de la casa de mi abuela había sido el lugar escogido para la ceremonia y todo Seabrook estaba acá para presenciarlo.

Llegó el momento de salir.

La música resonaba en el lugar. Todos estaban expectantes deseando que el momento llegara, mientras que yo sólo deseaba que todo se acabara.
Tenía miedo de caerme enfrente de todos. Tenía miedo de que se me rompiera un tacón o que por arte de magia se me cayera el vestido. Tenía miedo de que un enjambre de abejas asesinas me persiguiera por el olor del ramillete de flores que sujetaba tan fuertemente entre mis manos o que sencillamente se me olvidara decir “Sí, acepto”. 

Estaba pensando en todas las formas posibles de hacer el ridículo cuando me di cuenta que ya estábamos en el jardín.

La marcha nupcial comenzó a sonar.

Mi familia estaba en ese momento tan mágico, seguía nerviosa, sí, pero el brazo de mi padre me sujetaba fuertemente, dándome apoyo y un poco de tranquilidad. Estábamos a punto de llegar al altar. Respiré profundo y lo vi ahí, bajo un arco de flores.


Estaba perfecto. Mas que nunca, y era mío.

Sí, él me esperaba con una sonrisa en el rostro.
Sólo de verlo todos mis nervios se esfumaron por completo y una ola de sentimientos me tomaron desprevenida.
 
El sacerdote dijo unas hermosas palabras que para ser sincera ni siquiera escuché. Estaba totalmente encantada con la visión de mi futuro esposo frente a mí...



-Nicholas Jerry Jonas Miller, ¿acepta usted por esposa a…
-Sí, acepto-.
Todos en la ceremonia empezaron a reír por la interrupción de Nick. Pero yo sentí un millón de lagrimas recorrer mis mejillas.
-Srita. Miley Ray Cyrus Finley, ¿acepta usted por esposo a…
-Sí, si acepta- Repitió Nick con una sonrisa.
-Nick, ¡déjame contestar a mí!-.



Todo el mundo reía. Yo estaba feliz y ya completamente relajada… Pero el nudo en la garganta sólo me permitió responder:
-Acepto-.


Nick me sonrió. Su sonrisa era la más hermosa que podía haber visto por el resto de mi vida. Me daba seguridad y sólo con verlo ahí, parado frente a mí, estaba totalmente segura que estaba casándome con la que persona con la que quería pasar el resto de mi vida.

Yo ya tenía los ojos llenos de lágrimas  así que difícilmente podía ver.

“Nicholas, puedes besar a la novia”. Sólo eso bastó para que en una fracción de segundo yo terminara en los brazos de mi ahora esposo...


Con quien estaría una vida entera...


Me separé sólo unos instantes para recibir los abrazos de mi familia y amigos para volver a los suyos y bailar nuestra primera canción como el “Sr. y la Sra. Jonas”.
Un título que me acompañaría por el resto de mi vida.

- Prometí ante Dios amarte el resto de mi vida - Me susurró- pero no me basta. Te lo diré a ti. Te amo-.


Y me besó de la misma forma que el día que lo conocí… ese día en la feria, cuando yo pensaba que lo iba a odiar por el resto de vida… Pero ahora el chico de cabello rizado con el que tropecé, era el hombre a quien le había prometido ante Dios amarlo …

En eso estaba pensando cuando alguien empezó a hablar por el micrófono…

-¡Pónganme atención!- Gritó Joe arriba de una silla mientras golpeaba suavemente la cuchara en la copa.  –Quiero decir algo.



El Sr. Jonas negó con la cabeza anticipándose a cualquier cosa absurda que seguramente su hijo Joe estaba a punto de decir.



-Miley, Liam- Todos cambiaron su expresión por una de confusión al escuchar lo que decía- Ah!!! Siempre si te quedaste con Nick, ¿verdad?



Todos soltaron una carcajada entre abucheos para que continuara con su discurso, si es que iba a decir alguno.


-Está bien.- Continuó Joe-. Quiero decirles que estoy muy feliz de que hayan regresado y de que hayan decidido vivir juntos, dormir juntos, limpiar la casa juntos, tener hijos juntos y corretearlos en el jardín juntos… Esperen, ¿En serio se querían casar?



Otra vez, los invitados empezaron a reírse, pero Joe siguió hablando.



-Si hay alguien que es testigo de lo mucho que se aman, soy yo. Les deseo que sean muy felices. Ámense mucho y todo lo demás vendrá por sí sólo. Felicidades. Y añadir, Nick, que cuides a tu esposa, hay muchos hombres sexys como yo que estamos solteros, tal vez podríamos aprovechar y en una de esas te llega la demanda de divorcio.



Otra vez, todos empezaron a reír. Joe se bajó de la silla y todos comenzamos a bailar. Llenos de felicidad, de baile, de risas, de lágrimas… así iba a pasar el resto de mi vida junto al hombre que amo…

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Ally corrió a los brazos de Damen tomándolo totalmente desprevenido cuando el llegó a la casa a hacer una tarea del instituto. Lo besó de tal manera que no quedó duda alguna de lo que sentía por él. Un nuevo amor, un nuevo comienzo, un nuevo camino que recorrer…


El viento hizo que se pasara a la última página del diario de Miley, que descansaba en la mesa del comedor. Ese libro era el fiel testigo de la pasión inexplicable que habían compartido Nick y Miley.
Miley sonrió al leer lo último que había escrito en él, y recordó claramente aquel momento. En eso estaba cuando Ally llegaba a la casa gritando que ya era novia de Damen.

Nick, un tanto más viejo, pero con la mirada igual de intensa clavada en su esposa, iba bajando lentamente las escaleras apoyado en un bastón.
-Abuela- preguntó Ally- ¿Qué pasó con Liam?

Nick le respondió.

-Eso te lo contaré yo. Fui a su casa y le rompí la cara por haber pretendido quedarse con mi chica.

Ally estalló en carcajadas.

-Ally- interrumpió Miley- simplemente hablé con él. Le agradecí todos los momentos hermosos que me había regalado, pero por más que intenté enamorarme, mi corazón ya tenía dueño- dijo observando a Nick - Tu abuelo y yo somos muy felices. Pero es por que nos casamos enamorados. Ese es el secreto.

Miley repitió lo que había dicho mi madre justo antes de su boda y tenía razón…


Nick interrumpió esos pensamientos cuando se acercó a besar a Miley, justo como lo había hecho un millón de veces en una vida entera…


FIN .

jueves, 9 de diciembre de 2010

Capítulo 19

Quiero agradecerle a toda la gente que siempre comentó esta novela, a los que se pasaron de fantasmas y a los que siempre me ponían comentarios lindos en el Twitter. Este es el penúltimo capítulo de la novela y mañana subiré el capítulo final:)

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-Liam, que haces aquí? –Pregunté.
-Cariño, vine a visitarte, de verdad te extrañaba.

Mi prometido me besó rápidamente, aunque estaba tan sorprendida que apenas pude responderle.

-Y también vine para otra cosa-.Continuó Liam.
-Dime-.
-Miley, vine a hablar sobre la boda-.

Se escuchaba serio. ¿Acaso iba a cancelarla?

-Mi padre estará unos días fuera. Le ofrecieron extender su cadena de bancos en Europa, y él quiere acompañarnos en la boda.
-Y eso qué tiene que ver con nosotros?
-Miley, la boda se tendría que adelantar… sería en dos semanas.

¿Dos semanas? Sus últimas palabras aún resonaban en mi cabeza cuando tocaron la puerta.

-Nick! -Saludó el abuelo alegremente.

Porqué no me caía un avión encima en este momento?

-Señor Cyrus, acá están las herramientas que papá le pidió.
-Ahhh, gracias hijo. Nick, sabías que mi nieta esta aquí?
-Por supuesto… ayer estuvimos juntos.
-Ahh me alegro. Miley, porqué no le presentas a tu prometido?

En ese momento me quería morir.

-Nick, el es Liam… mi prometido.-

-Es un placer conocerte finalmente, Liam.
-Lo mismo digo.

Esto era demasiado...

El abuelo y la abuela fueron a dar un paseo -Obviamente querían darnos un momento, o tal vez huir de la tensión del lugar-.

Cuando sonó el teléfono, me escapé de ellos.
 

Parece que en unos minutos se habían hecho amigos, ya que Nick y Liam hablaban tranquilamente en la sala.
Me detuve en la entrada, aunque deseé no hacerlo, pues accidentalmente logré escuchar su conversación...

-Miley aun te ama... Siempre sonríe y sé que me quiere, pero no me mira de la forma en que te miró a ti hace un momento -Dijo Liam totalmente seguro.

Nick no dijo nada por un momento, pero después le respondió.

-No estés tan seguro. Con quien se va a casar es contigo.
-Yo sé que ella puede aprender a amarme. Cuando la haga mi esposa la haré muy feliz, tanto, que se olvidará de lo que vivió contigo.

Nick se quedó en silencio, así que interrumpí la conversación.

-Tienes que irte-Le dije a Nick. Va a comenzar a llover de nuevo.
- Es cierto- Me respondió. Nick se despidió de Liam y lo acompañé a la salida.
 

Me recargué en la puerta, mientras Nick me observaba con el ceño fruncido. Pasaron unos minutos antes de que pudiéramos decirnos algo.

-Liam es un gran chico-dijo al fin.
-Lo sé-.
-Pero no lo amas-.

Después de que él había hablado con Liam, no podía contradecirlo. Nick siguió hablando.

-No sé que pretendes-.
-No pretendo nada.
-Qué vas a hacer?
-No tengo idea.
-Vamos Miley! No se trata de escoger que vestido ponerte!
-Deja de presionarme!
-No es presión Miley. Es una decisión sencilla. Escoges al hombre que está parado frente a tu puerta y que te sigue amando como loco o escoges al chico que ni siquiera está convencido que lo amas.
-Eres un imbécil, Nick.
 
-Aun así me amas, y no puedes negarlo. Si te casas con Liam, te voy a desear toda la felicidad del mundo. Pero si me escoges a mí… sabes que ahí te estaré esperando. Espero que elijas bien, porque esta vez no hay vuelta atrás.

Después de escuchar esa última palabra cerré la puerta con la fuerza de un huracán y deje salir las lágrimas que me ahogaban…

Estaba despidiendo a Liam cuando estaba llegando mi madre.

-Y tus abuelos?
-Fueron a dar un paseo - dije sin verla a la cara. No quería que me viera llorando.
-Miley! Te traje la revista de vestidos para que escojas el que quieras. Tu padre y yo… qué te pasa?
-Nada, es la emoción de mi boda con Liam.
-Esas no son lágrimas de felicidad. –me dijo convencida- Puede que siempre tengamos peleas, pero eres mi hija, Miley, te conozco.
-Está bien... Mamá, yo ... ya no estoy segura de casarme con Liam.
-Es por Nick? ... Lo sigues amando? Miley, sé que no puedes olvidar a tu primer amor pero…
-Mamá no es sólo eso, estoy muy confundida…
-Miley yo siempre te dije que Nick no era para ti. Por cierto, en el camino me lo encontré…
-A Nick?
-Sí, estuve platicando con él. Creo que es un buen muchacho… Miley, te amo y quiero lo mejor para ti… quiero que seas feliz.
-Mamá, pero tú me dijiste…
-Mira a tus abuelos. Míranos a tu padre y a mí.
-No entiendo.
-Miley, tu padre era pobre cuando lo conocí, me casé sin la aprobación de mis padres. Tuve muchos problemas económicos y yo no quería que sufrieras lo que nosotros tuvimos que pasar.
-Mamá, pero…
-Yo quería que te casaras con un hombre que te diera seguridad económica, que te quisiera, que te cuidara. Pero si no lo amas, ni eso te va a hacer feliz.
  
Mi madre estaba llorando. No quise hablar, así que continuó.

-Miley, tu padre y yo somos muy felices. Pero es por que nos casamos enamorados, al igual que tus abuelos. Ese es el secreto.

Me dio un beso en la frente y me dijo:
-Elige bien. Confío en ti. Estaré a tu lado cuando el hombre que escojas te esperé en el altar.

Dejé de llorar.

Mi madre me apoyaba. Pero yo ya tenía planeada mi boda y no era con Nick. No soy de las personas que rompen sus promesas, así que no hacía falta escoger.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Capítulo 18



Decidimos ir a la playa. Solo caminábamos en silencio. El cielo comenzaba a llenarse de naranja. Un hermoso atardecer estaba por empezar.

Habíamos estado horas hablando de todo. Le conté a Nick sobre el compromiso, y en como el había tenido razón en todo lo que me había dicho hace rato.
Él me contó sobre estos 3 años. Como vio morir compañeros y como decidió retirarse.
Era verdaderamente increíble que siguiera vivo.

El atardecer era indescriptiblemente hermoso. Aun caminábamos por la orilla, dejando que las suaves olas mojaran mis pies. Nick caminaba de espaldas, con las manos en los bolsillos. No sé como no se caía en su intento de mirarme mientras hablábamos.

Se detuvo un momento, haciendo que yo me detuviera también.
-Hay algo que quiero decirte.

No le respondí, solo lo miré atentamente.

Nick suspiró y me miró como lo hacía hace tanto tiempo. Tomó aire antes de decirme algo que no esperaba...


-Miley, yo te habría cortejado, habríamos pasado días enteros juntos. Noches que podíamos habernos escondido para amarnos sin poder detenernos. Y solo después de pedirle permiso a tu padre, me habría arrodillado ante ti y te habría ofrecido un anillo para que pasaras el resto de tu vida junto a mí. 

Eran las palabras más hermosas y a la vez más dolorosas que pude escuchar en mi vida. Todas de unos mismos labios y en un mismo encuentro.
 
Nick siguió hablando.

-Pero no estuve aquí. Y aunque mi orgullo no me permita aceptarlo, se que fue un error. No me arrepiento de haber servido a mi país, pero sí de haber perdido a la mujer que más he amado.

Pasaron varios minutos hasta que pude asimilar las palabras y le contesté con lágrimas cayendo sobre mi rostro.

-¿Crees que no fue difícil para mi? Cada día era interminable. Cada segundo deseaba que volvieras y cada minuto te anhelaba más.

-Miley, debiste avisarme. Una llamada?! Una carta! -Supe exactamente de que hablaba.
-No pude. No podía verte.
-Esa no es una respuesta!
-No pude, está bien? No pude!!! Porque si escuchaba de nuevo tu voz o peor, si te llegaba a ver otra vez iba a cambiar de parecer! Sólo, no pude.

-Cambiaste de parecer? - Preguntó seriamente.

Me hice la misma pregunta en mi mente. ¿Había cambiado de parecer después de que Nick había vuelto a mi vida?

-Amo a Liam.
-Quizás sea cierto, pero aun me amas a mi.
-Eres demasiado egocéntrico
-¿Te acuerdas del primer día que fuimos a la playa? Desde ese día puedo sentir lo que sientes, saber lo que piensas… 
Puedes mentirle a él, a tu familia, e incluso a ti misma si quieres, pero no puedes mentirme a mi! Miley sigues amándome, así como yo lo sigo haciendo.

Dicho esto tomó mi cara entre sus manos y me acercó casi con violencia hacia él.

Al principio me resistí a su beso. Pero sus labios conocían demasiado bien el camino hacia los míos, y sentí como si estos 3 últimos años no hubiesen pasado. Mis manos viajaron automáticamente a su cabello, intentando profundizar aun mas este beso lleno de dolor.
 

Sentía rabia, impotencia, y odio hacia mi misma, pero también sentía amor y deseo hacia Nick.

Sus brazos se apretaron en torno a mi cintura y me alzó en un abrazo.

-Lo ves? Seguimos siendo los locos enamorados de siempre, eso es algo que simplemente no se puede ocultar- Me dijo cuando nos separamos para tomar aire.

No le contesté.

Di media vuelta y caminé hacia la casa.

Nick vino detrás de mí sin decir ni una palabra.

Llegué a la casa y recordé que la puerta de atrás siempre estaba abierta por este tipo de incidentes. ¿Por que tenia que recordarlo justo ahora y no antes de todo eso de las confesiones y el beso?

Nick parecía estar muy divertido. Siguió caminando detrás de mi. Acaso me seguiría también hasta el baño? Sabía la repuesta, pero no quise pensar en ella.

Las luces estaban apagadas.
 

Los abuelos llamaron para avisar que después de dar su paseo habían decidido visitar a su hija menor. Así que se quedarían en casa de Bella y Kevin por la horrible lluvia que había comenzado a caer.

Nick no se podía ir con esta lluvia, así que fui directo a la cocina a preparar la cena. El me ayudó por supuesto, y cocinar junto a el sólo me entristeció. Si, estoy loca, pero  el momento era tan perfecto, como si fuéramos una pareja de recién casados preparando la cena entre risas después de un gran día.

Pero él no era con quien me iba a casar.

Nick puso la mesa para los dos mientras yo llevaba la comida y la botella de vino al comedor.
 

Parecía que había una tormenta allá afuera.
 

Habíamos terminado de comer y tomábamos una copa de vino cuando un trueno cayó muy cerca y la luz se cortó ruidosamente.
 

Genial.

-Creo que hay una vela en alguna parte de la cocina- Le dije a Nick- Espera un segundo.

Fui a la cocina con cuidado y busqué en una de las alacenas. Tenia razón, había unas cuantas velas y unos cerillos al lado. Todo estaba extremadamente silencioso solo se escuchaba el agua caer a chorros.

Por eso me asusté al sentir las manos de Nick sobre las mías y su cuerpo pegado a mi espalda.

Su respiración removía el cabello cercano a mi oreja.
 

Apenas me acordaba de como respirar.

Sus manos ahora se entrelazaban a las mías. Me estaba embriagando con su olor. Lo necesitaba tanto. Esto estaba mal..

-Nick, esto está mal-Dije ahora en voz alta.
-Dime que no me amas y te dejaré en paz.

Nick me dio vuelta para verme a los ojos.

Por supuesto no pude responder a eso.


-Esto es un error -Dije deteniendo el beso, que había iniciado segundos antes.
-Se que es un error, pero luego tendremos tiempo para lamentos...


No hizo falta que dijera otra cosa y me deje llevar...


No se que hora era cuando me desperté, pero era muy tarde en la mañana ya que el sol entraba fuertemente por mi ventana. Como siempre, me encontraba boca abajo. El recuerdo de la noche anterior me golpeó fuertemente. Abrí los ojos con cuidado, pero no vi a Nick por ninguna parte. Acaso todo había sido un sueño? Los besos? Las caricias? El momento en el que hicimos el…

Dejé de pensar cuando mi mano chocó contra un papel en mi almohada que decía:

“Lo de anoche no fue un sueño, aunque pareció serlo. Aun no es tiempo de enfrentar los errores, solo disfruta el momento”.


Sí, aún lo amaba.


Al ver mi ropa regada por toda la habitación confirmé lo que deseaba fuese un simple sueño. Puse una mano en mi cabeza y maldije mi falta de autocontrol.

Me di un baño rápidamente y me puse uno de mis vestidos antes de bajar a desayunar.

Los abuelos ya habían vuelto, pero no estaban solos.

-Mira a quien nos conseguimos en el camino-Dijo la abuela.



Liam me sonrió. ¿Porqué estaba aquí? Tenían que estar bromeando.

martes, 7 de diciembre de 2010

Capítulo 17

La abuela me miró con agradecimiento cuando llegué a la casa con mi maleta de viaje.

El abuelo no se veía tan mal como pensaba. Me recibió con un abrazo y me dejó subir  mis cosas a la habitación que ocupé tantas veces. Sonreí ante los recuerdos. Pero eran eso, solo recuerdos de un capítulo ya cerrado de mi vida.

Habían pasado unos días desde mi llegada a Seabrook. Liam ya me había hablado por teléfono para saludarme, como todos los días, al igual que Monique y mamá. 

Era una tarde algo calurosa, aunque afuera se sentía el viento.
Estaba leyendo una nueva novela cuando escuché como alguien golpeaba la puerta.

Dejé mi libro en el sofá de la sala. La abuela había ido a dar un paseo con el abuelo.  Disfrutaba de estos ratos de soledad. Me daban la tranquilidad suficiente como para desviarme de mi mundo y concentrarme en las historias que leía…
El golpeteo en la puerta volvió. Así que me apresuré, primero abrí la puerta de madera y sin mirar, abrí la puerta de enrejado que mantenía a los mosquitos fuera de la casa. Pero cuando subí la mirada me encontré con la imagen más impactante e inesperada que pude haber visualizado en todo mi vida.


EL estaba ahí.


Permanecía a unos centímetros de mí. Esta vez no era uno de mis sueños, tampoco uno de esos espejismos ni esas imágenes que solía evocar de mi memoria.

EL, el hombre que se llevó mis sueños el día en que se alistó en la armada del país.

Nick, Nick, Nick, Nick.
Su nombre resonaba como un eco en mi mente, como si estuviese dentro de una gran cueva sin salida. Nick. Tan real, tan hermoso como la primera vez que lo vi.
El estaba aquí.
Después de tanto tiempo había vuelto y mi corazón egoísta lo recibió con euforia.

Mis ojos recorrieron esos rasgos que amé durante tanto tiempo. Los labios, que deseaba mientras el dolor inmenso de la pérdida consumía mi interior como un incendio imparable. Sus ojos, la parte que más temía ver me observaban con la misma incertidumbre con que los míos lo recorrían.
Las pecas que adornaban sus mejillas. Y unos enormes músculos se notaban por debajo de su camiseta. Pero me di cuenta de que a pesar de que yo amaba cada parte de su él, Nick había cambiado en este tiempo.
No era el niño que me enamoró cuando éramos unos adolescentes comenzando a vivir. Este era el hombre que había luchado por su país, enfrentado bombas y disparos enemigos que amenazaban con acabar con su vida. Sus cejas se fruncían de puro desconcierto. 
Era la imagen de mis sueños.

Que estaba haciendo aquí? Que lo había llevado a encontrarme? Miles de interrogantes pasaban por mi mente pero no era el momento de pensar, esto era la gloria, el paraíso y merecía ir al mismísimo infierno por pensar en el de ese modo.

Ninguno habló.

No existían palabras para este momento. Un simple "Hola" no encajaba y un beso no podía llenar el silencio, no esta vez…


El fue el que habló un rato después.

-Esto llegó por equivocación a mi casa -Dijo entregándome una carta dirigida al abuelo. -Aunque su exterior había cambiado, su voz seguía siendo la misma.

Extendí la mano para tomar la carta, nuestros dedos apenas se tocaron y Nick bajó la mirada, supe lo que veía…
Veía con detalle el enorme y costoso anillo de diamantes que gritaba por si mismo el compromiso con Liam. No dijo nada, pero por la forma en que frunció sus labios pude darme cuenta de cuan enojado estaba.

-Gracias -Dije apenas con un hilo de voz. Ehhh, quisieras -Me aclaré la garganta-Quisieras pasar?

El no dijo nada.
Pasó una mano por su cabello, despeinado como siempre.
Sabía que ahora mismo su cabeza estaba debatiendo si entrar o solo salir corriendo. Por supuesto que lo sabía. Lo conocía más que a mi misma.

Se movió tan ágilmente que en medio segundo estaba muy cerca de mí, por estar pensando en otras cosas no me fijé que Nick iba a pasar. Así que me quedé en la puerta mientras él pretendía entrar. Tonta, tonta, tonta. Nick y yo estábamos demasiado cerca, pero aun así lo sentía a miles de kilómetros de distancia.

Me aparté de la puerta y el entró, dándome la espalda. Puse mis manos en mi cara, quería gritar de impotencia. Por que tenía que volver ahora? Por que el destino era tan  cruel?

Aun quedaban un par de horas para que mis abuelos volvieran. Estos paseos regulares eran largos.

-Haré un poco de café.
-No te gusta el café- Dijo Nick muy seguro
-Lo recuerdas.

El no dijo nada.

-Que tal una cerveza? - Pregunté esta vez.
-Eso estaría bien, aunque nunca antes te vi tomar una.
-Antes era menor de edad.

Fuimos a la cocina por un par de cervezas. Me senté ágilmente en la mesa que estaba en la cocina. Nick se recostó en la pared junto al refrigerador.

-Así que Liam Hemsworth. -Dijo sorprendiéndome.
-Mmm sí.  Como te enteraste?- Quise saber.
-Como no saberlo? Todos hablan de eso.
-Ahhh, es un buen chico. -Es todo lo que pude decir.
-Comprendo -Dijo él empezando a sonreír.

-A que te refieres?
-Nada, es solo que, bueno al fin tus padres consiguieron lo que querían para ti. 
-Nick.
- Vamos Miley! Es un Hemsworth! Es Liam Hemworth!!! 
- Y tú eres Nicholas Jonas y yo Miley Cyrus. No entiendo tu punto.
-Mi punto es que consiguieron a tu hombre perfecto. Abogado, de mucho, mucho dinero, y además todo el mundo lo conoce.
-No sabes lo que dices.
-Oh si, claro que lo sé.

Bajé la mirada en lugar de responderle de mala gana.

No quería hablar pero él continuó…

-Te apuesto lo que quieras a que tu padre lo conocía desde antes. 

No dije nada.

-Ves? Demonios! Apuesto a que se comprometieron en 1 mes, quizás menos. Algo rápido verdad?
-Me estas diciendo que soy una fácil?
-No. Pero en esta situación...
-Suficiente, lárgate de mi casa!

Lo empujé mientras el se empezaba a reír en la puerta. Me jaló hacia él y la puerta se cerró.

-Opps-Dijo el.
-Idiota! Cerraste la puerta!
-Y por supuesto no tienes la llave.
-Cómo voy a entrar?

Le dirigí una mirada cargada de odio y el me despeinó el cabello antes de hablar.

-Ven, demos un paseo- me pidió.

Capítulo 16

Me encontraba entre unos brazos nuevos, y mis labios se movían en torno a unos diferentes. Pero aun así me sentía a gusto. Liam era un gran hombre. 
Papá había tenido razón, era un gran partido, así que cuando casualmente apareció en casa una noche para "hablar con papá" supe cual sería el desenlace.

Quería pasar el resto de mis días al lado de Liam? Quiero decir, porqué no?
Era realmente apuesto, con una buena familia, era abogado, de mi edad y su familia prácticamente trabajaba junto a papá. Además, había pasado tanto tiempo, que había llegado la hora de rehacer mi vida.

Mi familia lo amó instantáneamente. Ésta noche -Un mes después de haberlo conocido aquella mañana- Monique, papá, mamá y yo saldríamos junto a la familia de Liam para celebrar el aniversario de sus padres. También estaría Alex, el mejor amigo de Liam, y notable interés de mi hermana.

Todos, absolutamente todos estábamos bailando en la pista. La orquesta de Jazz hacia un gran trabajo animando a las personas. Había mujeres dando vueltas en el aire. Y muchísima alegría en el lugar. Liam me tomó de la mano y me llevó a la mesa para descansar un poco.

Tomó los tragos que el mesero nos trajo y me dio uno a mí.

Estaba sedienta después de bailar, así que tome dos tragos del whiskey como si fuese agua.

-Se que ha pasado poco tiempo-Dijo Liam- Pero ha sido el suficiente.
-De que hablas?
-Cariño, esto es importante. Sé que ha pasado un mes, pero estoy seguro de lo que siento por ti.
-Liam? -Dije, sin saber que planeaba.
-Miley, te amo. -Sostuvo mi mano izquierda- Y fuiste la primera en saberlo. Ya hablé con tu padre y no puede estar más feliz.
 

No tenía idea de que hablaba.

-Miley Cyrus –Dijo mi nombre, sabía lo que veía enseguida- Me harías el honor de ser mi esposa?

Decir que quedé estupefacta es quedarse corto, estaba congelada, paralizada en la silla. Mi corazón saltaba descontroladamente. Liam sacó el pequeño anillo de diamantes de la cajita de terciopelo y lo sostuvo justo al frente de mi dedo anular, esperando una respuesta para introducirlo o guardarlo de nuevo.

-Te casarías conmigo? -Repitió.

No sé si pasaron minutos o solo segundos pero grite -SIII!-. Con muchísima emoción, el puso el anillo en el lugar correcto y con sus dos manos atrajo mi cara para besarme. Mis manos estaban sobre las tuyas y cuando nos separamos las deje allí.

Esto no podía estar pasando, era irreal.

Por supuesto todos estaban al tanto, por eso habían venido a bailar aquí esta noche, y por eso, el señor Hemsworth, dueño de la gran mayoría de bancos en la región sureña, se subió al escenario y le dijo al público sobre nuestro compromiso. Estallaron aplausos y Liam me abrazó frente al bullicio.
 

Sí, esta sería la boda del año y yo era la protagonista.

Al llegar a casa aun estaba aturdida. Habían pasado demasiadas cosas esta noche, y solo el hermoso anillo de oro blanco y cientos de diminutos diamantes que enmarcaban al diamante mas grande del centro me ratificaba que no había estado soñando.

El teléfono sonó.

Monique atendió, y enseguida llamó a mamá.

Fui a la sala a ver que pasaba. Mamá sonaba preocupada.
 

Cuando terminó la llamada nos habló.

-El abuelo se cayó esta tarde,  pero ya está mejor. Le mandaron algunos medicamentos, pero aun así le duele el brazo. Tuvo una fractura en la mano, y va a durar algún tiempo enyesado. La abuela dice que puede sola pero no estoy segura. Bella vive cerca con Kevin pero ya va por su octavo mes de embarazo y no puede ayudar a la abuela en todo. No se si irme a Seabrook ya mismo o mañana por la mañana.-Dijo mamá algo alterada por la noticia.

-No te molestes, yo iré-Dije sin apenas pensarlo
-Miley, tu estas con los preparativos de la boda.
-Mamá, la boda no será mañana, apenas acabo de comprometerme. Él entenderá… Monique está en la escuela, yo ya terminé, y solo estoy comenzando con eso de la escritura. Tú tienes que cuidar de ellos, además, solo estaré hasta que el abuelo se recupere.

Por supuesto Liam -Mi encantador prometido- comprendió, así que por la mañana me subí a mi auto y conduje hasta mi destino.

En realidad no sólo iba a ver a mi abuelo. Iba en busca de algo más.

Así que ahí estaba otra vez. En camino a Seabrook después de 3 años.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Capítulo 15

Las cosas más sorprendentes de la vida pasan por mera casualidad.
Me desperté un viernes muy temprano, tenia algunas cosas que hacer en el centro. Miré el calendario. Marcaba el 13 de Julio de 1943...

No me fijé en que era Viernes 13 -notable signo de mala suerte- Sino en que habían pasado exactamente 3 años desde aquel verano en Seabrook.
Había aprendido a seguir adelante y recordar con una sonrisa las cosas que pasaron. Ahora tenía 21 años. Era una mujer. No la niña que vivió su primer amor en aquel pequeño pueblo de la costa.
Conduje con cuidado en el caluroso día de verano. Me bajé de mi auto para entrar al registro a buscar los papeles que necesitaba. Llevaba mis lentes de sol y el cabello suelto, mientras el viento lo movía. Una ráfaga de viento hizo que el pañuelo que llevaba en mi cuello volara fuera de mi alcance y corrí a atraparlo. 
Me quedé boquiabierta al ver a un chico alto, rubio, de notables ojos azules y una sonrisa amable que había rescatado mi pañuelo. Me quité los lentes para poder mirarlo mejor. Era demasiado descarada, pero no pude evitarlo. El chico me sonrió aun mas ampliamente antes de entregarme el pañuelo.

-Aquí tienes. -Me dijo-
-Gracias, pensé que iba a perderlo.
-No es nada.

Sonreí con sinceridad contemplando el reflejo del sol en sus ojos. Que no solo eran azules, como había pensado antes, sino que tenían ciertos detalles en gris. Simplemente impresionantes.

-Soy Liam, Liam Hemsworth. -Me tendió su mano. Así que era un Hemsworth, de nuevo me sorprendió.
 
-De los Hemsworth que estoy pensando?
-Sí señorita, de los mismos. Creo que mi apellido es un tanto conocido.

Reí tontatemente hasta que me interrumpió.

-Y dime, cómo te llamaré cuando vuelva a verte? -Así que pensaba volver a verme. Este chico no dejaba de sorprenderme
- Miley, Miley Cyrus-Dije con una sonrisa. El me la devolvió.
-Así que eres la hija de John.
 
-Así es. -Por supuesto, él también conocía a mi padre.
-Es un placer conocerte, Miley.
-Para mí tambien, Liam.

Me sorprendió ver mi sonrisa en el reflejo de la vidriera de una tienda cuando me di vuelta. Suspiré y negué con la cabeza sin creer lo que habia pasado. Tal vez ya era tiempo de seguir adelante y darle una nueva oportunidad al amor.

En la cena saqué el tema casualmente.

-Papá, conoces a los Hemsworth cierto?
-Ahh, sí. Por supuesto, son grandes clientes de la imprenta.
-Ahhhh.
 

Mamá y Monique me miraban atentas.

-Por qué la pregunta?
-No, por nada. Es que hoy me topé con uno de ellos.
-Con Chris?
-No.
-Cierto, el está en Inglaterra.
-Con Liam- dije casualmente mientras tomaba un bocado.

Monique se atragantó y mamá me miró con una sonrisa.

-Ahhh el menor. Es de tu edad.
-Eso parecía.
-Y cómo te lo topaste?

Todos tenían la atención puesta en en mí, así que seguí con mi plan de "No me importa"

-Ahh, pues se me escapó mi pañuelo con el viento y el chico amablemente lo atrapó.
-Que romántico -Dijo Monique.
-Absolutamente-Acordó mamá.
-Es un buen chico -Intervino papá- De buena familia. Estaba en la escuela de Derecho y acaba de graduarse. En fin, un buen partido.
-Qué le pasa a esta famlia? Acaso estoy en busca de alguien?-contesté algo molesta.
-Miley, ya han pasado 3 años…-Dijo mamá.

No dije nada. Y un silencio incomodo inundó la habitación.

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"Aún así fue sorprendente lo rápido que me enamoré de Liam Hemsworth" -Dijo Ally en voz alta–Abuela, puedo terminar de leer lo que falta de la historia?

-Todavía queda una pequeña parte del diario, no te adelantes -Dijo Miley. Su personalidad no habia cambiado después de sus 65 años de vida y le sonrió a su nieta Ally antes de seguir con su comida.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Capítulo 14

La tensión seguía en la casa. 

Todos daban vueltas y vueltas preocupados por la situación. Estaban tan preocupados  que ni papá ni mamá dijeron algo sobre Nick, incluso ahora que los dos estábamos sentados en la escalera y él tenía uno de sus brazos sobre mis hombros, tal vez después de todo, habían aceptado nuestra relación.

La familia Jonas se fue varias horas después. Fue cuando mi familia se reunió en el almuerzo para hablar de lo que estaba pasando.

Papá tenía que arreglar unas cosas en la empresa, así que hoy mismo volveríamos a Charleston… Otra vez.

De nuevo me vi despidiéndome de Nick entre lágrimas.

-Te veré pronto?-Me preguntó preocupado, apartando el cabello de mi cara.
-Espero. De verdad, espero que si.

El me sonrió, y volteó hacia el auto de papá antes de besarme.

-No importa que nos vean, creo que ya hemos tenido bastantes demostraciones de afecto en su presencia.

Sonrió aun más ampliamente y me besó dulcemente hasta que escuchamos la bocina de la camioneta.

-Ya te estoy extrañando- Le dije mientras me alejaba cada vez mas. Él susurro “te amo”, antes de que yo subiera al auto y volviera a mi vida sin él.

Por alguna razón, no estaba tan triste esta vez. Tal vez porque de verdad pensaba en verlo pronto. O quizás porque aun no estaba sola para llorar sin ataduras ni interrupciones.

Los días pasaron más rápido de lo normal, cada vez estaba peor la situación. Habían soldados por todas partes, y en la radio nacional pedían que los hombres se ofrecieran a luchar y las mujeres a trabajar como enfermeras.

Parecía una pesadilla.

5 días después de volver a Charleston, papá decidió alistarse en el ejército. Tenía 40 años, así que aun estaba disponible.

Mamá le rogó que no lo hiciera, pero para él, era el orgullo por su nación lo que lo llevaba a hacer lo que planeaba.

Una semana después, papá se despidió de nosotros.

Esa misma semana empacamos nuestra ropa y regresamos a Seabrook.
 

Era una mala persona por estar feliz de volver a Seabrook cuando estas eran las circunstancias. Papá había ido a buscar su muerte por defender al país y yo estaba feliz por ver a Nick de nuevo, era simplemente egoísta.

Llegamos al pueblo a eso del mediodía, pensé en esperar a la tarde para ir a buscar a Nick, pero la abuela fue la que me dio la noticia.

-Claro, aun no sabes nada.
-Saber qué, abuela?
-Nick...
-Que le pasó a Nick? -Enseguida se me llenaron los ojos de lágrimas, aun sin saber que había pasado.
-Se alistó.

No hacía falta decir nada más. Nick se había alistado en el ejército, al igual que papá.  Junto con su partida se habían ido mis esperanzas.

La vida podía llegar a ser realmente injusta.

A veces me pregunto que habré hecho para merecer cada una de las jugarretas que el destino me ha dado.
 

Después de eso solo quise estar sola.

Corrí y corrí hasta llegar a la playa. Me tropecé y caí de rodillas en la arena, las lágrimas salían cada vez más de mis ojos.

Estaba temblando de miedo.
 

Me quede ahí por horas. No podía hablar con nadie, aunque tampoco quería hacerlo.
 

Para mí, todo había acabado, esta historia había llegado a su final.


….


Sorprendentemente había pasado un mes desde que nos mudamos a Seabrook. Todos los días parecían ser iguales. Desayuno, clases de piano, de francés, luego el almuerzo y luego, la tarde libre.

Tardes libres para pensar en el vacio que ocupaba ahora mi corazón y mis pensamientos. 

No volví al faro, no podía hacerlo, ese era un lugar que nos pertenecía a Nick y a mí. Y estar ahí sin el, solo me recordaría a gritos su ausencia.

Evité de mil maneras pensar en él. Pero cada lugar del pueblo, cada rincón de mi casa, cada gota de agua del mar me recordaba a Nick, incluso cada almohada de mi habitación que aún tenían su olor.

La bola de cristal que me había regalado aun descansaba en mi mesa de noche. Como un recuerdo de que nuestro amor de verdad pasó y no había sido solo un sueño.

A los 5 meses de la partida de papá, recibimos una terrible llamada.

El batallón donde papá había sido alistado se encontraba de expedición en Kioto cuando fue capturado por unos japoneses.

Hubo grandes pérdidas humanas, corrió mucha sangre, pero EE.UU conservó su gran mayoría y pudieron escapar. Papá estaba en esa mayoría, pero había recibido un disparo en el hombro que le había impedido mover su mano izquierda, con el tiempo recuperaría el movimiento. Pero el tiempo no era sobrante en estas circunstancias, así que era hora de volver a nuestra vida.

Papá volvió una semana después, aún recuerdo la expresión de mamá al verlo. Corrió como una adolescente enamorada hasta los brazos de un héroe del país. Estaba muy orgullosa de ser su hija. Y a la vez alegre de poder mirarlo de nuevo.

Papa nos sonrió y nos abrazo a las 3 antes de volver a nuestra casa en Charleston

La vida continua.