martes, 30 de noviembre de 2010

Capítulo 10

Hoy era el día de mi cumpleaños.

La primera en felicitarme fue Monique. Saltó encima de mi muy temprano en la mañana. Aún no sabia que habian planeado hacer para mi cumpleaños, pero tampoco importaba mucho. Por alguna extraña razón, este año me parecia un dia cualquiera. 

Me raptaron a eso de las 10 am mientras leia un libro que me habia regalado mamá en navidad.

Las chicas me llevaron casi arrastrada hasta la camioneta del Sr. Jonas donde me esperaban los chicos.

Todos me felicitaron excepto Nick, cosa que no comprendí.

Después de 30 minutos llegamos al lugar que habian elegido para este "Día especial" y me quedé sin palabras, sin respiracion, sin movimientos.

Nunca había visto algo tan hermoso y tan perfecto (Nick no cuenta, hablo de sitios). A pesar de quedar lejos (A los 30 minutos de viaje, todavía hubo una caminata de 10 minutos llena de rocas, arboles, y musgo por lo montaña)

El río se expandía a lo largo de la montaña, una pequeña cascada se veia a unos metros de nuestra posicion, el lugar era solo nuestro, y daba la impresion de que pronto verías venados corriendo por las montañas o un duende entre los arboles. Era simplemente increible.

El agua era tan cristalina debido a los manantiales que se veían claramente la arena y las pequeñas piedras en el fondo, escondite de los peces multicolores que vivian en ese lugar magico.

La corriente se volvia algo fuerte en algunos puntos pero, donde estabamos era una piscina natural que te obligaba a quedarte ahi para siempre. Los chicos fueron a arreglar nuestro "Campamento", mientras yo caminaba intentando no resbalarme con una de las rocas.

Bella y Monique ponían un mantel donde hariamos un picnic, mientras Kevin y Joe encendian una pequeña fogata ya que creían seriamente que iban a pescar algo.

No vi a Nick, y seguí explorando este lugar tan hermoso, todo era natural, y te daba tanta tranquilidad que agradecí que me trajeran aquí hoy.

-Al fin solos.

Me asustó la voz de Nick. Los chicos estaban lejos, así que no esperaba verlo, y mucho menos tan cerca a mis espaldas.

Tomó mi mano e intento darme vuelta, pero no quise. Aún estaba algo molesta porque no me habia felicitado.

Esta vez jaló mas fuerte y ademas de darme vuelta, hizo que chocara contra él.

Me miraba algo serio, pero en un intento de ocultar su sonrisa, estalló a carcajadas.

Qué era tan divertido?

-Crees que lo olvidé?
-De que hablas?

Por supuesto no me respondió.

Teniendome tan cerca, y a su disposicion hizo lo que quería.

Con el dedo indice apenas tocó mi barbilla y me hizo subir la cara para poder besarme. Esta vez lo hizo con calma, un beso totalmente dulce y sin ataduras. Tan simple como respirar pero tan necesario como el aire.

Se separó de mí y cuando abrí los ojos quedé atontada. Como siempre, sus ojos café brillaban mientras su sonrisa hacia su rostro aún mas perfecto. 

-Feliz cumpleaños.
-Idiota. 

Le di un beso rapido y el saltó hacia el agua. 

-Salta
-No
-Saltaa!-Me gritó-.
-Noo!

Nick respiró profundo. 

-Salta Miley!
-Nooo!
-Ok, entonces nos vamos a donde estan los chicos..

Cielos, se enojó.

Nick salió del agua como un dios griego, se había quitado la camisa.


Sí, la perfección tenía nombre y apellido: Nicholas Jonas.

Aún con su cara de enojo se veía adorable frunciendo el entrecejo.

Al menos eso creí hasta que salió del agua, se puso detrás de mí, y cuando me descuidé, me abrazó y me empujó hacia el agua. 

No era profunda y aunque yo era un poco más baja que Nick, podía estar tranquilamente ahí.

Comencé a arrojarle agua con mis manos y él hacía lo mismo. Parecíamos unos niños. 

Hasta que fui yo quien se acercó  hacia él, enrollé mis piernas en su cadera y crucé mis brazos detrás de su cuello antes de besarlo.


Podría quedarme una vida entera en los brazos de Nick. Podría vivir sin aire, sin agua, sin comida, sabía que iba a ser feliz teniéndolo sólo a él.  Mi vida sin él no iba a tener sentido...

El día fue hermoso. Al final, los chicos si consiguieron pescar algo para el almuerzo. Aunque la falta de habilidades culinarias, más las distracciones que cada uno tenía como pareja hicieron que el pescado quedara del color del carbón.

En fin, terminamos comiendo los sándwiches que prepararon en la mañana, y disfrutando del perfecto clima del lugar.

Pero el día llegó a su fin. Y cuando comenzó a oscurecer de pronto anunciando una tormenta, prácticamente corrimos al lugar donde habíamos dejado la camioneta.


Pasé todo el camino de regreso refugiada entre los brazos de Nick, torturándome con
 la idea de que se nos acababa el tiempo juntos. No quería llorar, pero el nudo en mi garganta me amenazaba con que lloraría hasta quedarme dormida esta noche.

Por alguna extraña razón sentí que ese día tan perfecto era una despedida.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Capítulo 9

Dos semanas más pasaron volando.

Mi verano estaba llegando a su tenebroso final.

Cada día lo disfrutaba como si fuese el último, y cada noche deseaba que el tiempo fuera más despacio.
Mañana era mi cumpleaños. Había decidido no hacer nada este año, mis padres no estaban en el país, mi hermana no se separaba de Joe (Cosa que me hacía pensar en que no sólo iban a salir rotos dos corazones sino 4) y no iba a hacer nada en la casa sin él y simplemente este año no quería una de las fiestas que organizaba mi madre en Charleston.


Nick no comentó nada más sobre mi cumpleaños, lo que me parecía extremadamente sospechoso.

Bella me sermoneó durante días hasta que accedí a que ellos “Hicieran algo especial”.
 

No sabía que iban a hacer, ni dónde, ni quieres estarían, y mientras Nick dibujaba con calma y una sonrisa en su rostro me preguntaba que había dentro de su cabeza.

Estábamos en casa mientras los abuelos habían salido a visitar a un familiar al pueblo vecino.

Joe tocaba la guitarra mientras Monique tarareaba una canción. Kevin y Bella no estaban cerca, y tampoco quise pensar donde podrían estar.

Teníamos hambre, así que dejé de observar a Nick mientras dibujaba y fui a la cocina.

Haría panquecas. Si,  panquecas a las 2:00 pm… pero quien decía que no?

Desde la cocina no se veía la sala. Fue lo único que lamente, me hubiese encantado poder ver a Nick desde esta dirección.

En fin... Saqué la harina de la alacena, el recipiente donde iba a hacer la mezcla, y luego los demás ingredientes.

Comencé a unirlos todos con el batidor, cuando sentí unas manos envolverme desde atrás.

Nunca, NUNCA, me iba a acostumbrar al cuerpo de Nick...

-Pensé que el señor Picasso estaba inspirado.
-Lo estaba, hasta que te fuiste.
-Tonto.
-Y que haces?
-Panquecas.
-Necesitas ayuda?
-No.
-Ok, me voy.

Nick me soltó y se dirigió a la puerta. En eso me llene un dedo de la mezcla para panquecas, corrí hacia él y le llené la cara con esa cosa viscosa.

Nick apenas podía creerlo.
 
Oh no. Estaba en serios problemas…

-Estás en serios problemas!!! –Haciendo eco de mis pensamientos.
-Oh no.
-Oh sí! Y es mejor que corras.

Le hice caso, di vueltas en la cocina, hasta que llegue al final y no había otra salida. Maldición!

Nick corrió hacia mí, ni siquiera pude gritar. El muy idiota me lleno de la mezcla para panquecas desde la frente hasta la barbilla.

-Nicholas!

Pero no se quedó así, por supuesto que no, me cargó y me llevó hacia el refrigerador, subió sus manos hasta mi cabeza y me aprisionó.

-Discúlpate.- Me exigió.
-No.
-Hazlo.
-No.

Estaba tan cerca que podía sentir su respiración, y el latir de su corazón acelerado.

Su aliento hacia que mi cabello se moviera, y sus ojos me miraban tan fijamente que me daban ganas de arrancarle la ropa ahí mismo.
 

No sé que me pasaba. Nunca había tenido estos instintos con nadie, pero Nick despertaba cosas en mí, que ni yo misma conocía.

Intenté besarlo pero el se apartó.

Con que este era el castigo no?

-Discúlpate.
-No lo haré. –Ahora sonreí yo, sabia que el estaba igualmente tentado que yo, así que no iba a resistir mucho tiempo.

Nick apenas rozaba sus labios con los míos, me estaba torturando. No podía ser así!

-Lo siento- Apenas pude susurrar antes de apoderarme de su boca.

El sonrió entre besos y me llevó cargada hasta el Mesón, donde me sentó para besarme más cómodamente. ¿Por que cuando estábamos solos no pasaban estas cosas, y cuando no lo estábamos me daban ganas de violarlo públicamente?

Con besos rápidos me quitó la mezcla de la cara mientras yo moría de la risa y hacia lo mismo con el.

-Te amo.

Esa frase me dejo helada, no fue como los “Te quiero de siempre”

-Te amo Miley Cyrus –Dijo antes de capturar mis labios de nuevo.

Le devolví el beso como nunca lo había hecho, cuando tuve que separarme de él por oxigeno. Nos quedamos un momento en silencio y con una lágrima en mi mejilla le contesté:

-Nicholas Jonas-. Sonreí – Desde que te conocí he estado enamorada de ti. No es cierto! Fue desde la segunda vez que te vi.

El sonrió de una manera que casi me hace caerme del mesón.

Esta vez me dio besos cortos, en los labios, en la nariz, en la frente...

Juntó nuestras frentes y me prometió que siempre seria así.

Uno de los momentos más hermosos que compartí con él ese verano.

Nick era perfecto, el hombre que siempre soñé para mi. Mi príncipe encantador.


Escuché como alguien cerraba la alacena y volteé con miedo.

La abuela se iba con un vaso en de jugo en la mano y una sonrisa mientras negaba con la cabeza.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Capítulo 8

Estaba tan enfocada en pasar este último mes con Nick que olvidé una fecha importante en el calendario. La conversacion surgió hace dos noches, cuando los chicos habían venido a cenar a casa.

-Miley?
-Sí,  abuela.
-Se acerca tu cumpleaños, que piensas hacer ese día? Quieres que hagamos algo acá o..?
-Ciertoo! -gritó Monique- Faltan exactamente 2 semanas!
 
-En realidad no tengo nada planeado, ni siquiera recordaba que era mi cumpleaños.
-Eso ya está cubierto -Dijo
Nick con una sonrisa de suficiencia que dejó a todos pensando en que rayos traía entre manos.

Lo miré confundida pero decidí olvidar el tema y seguir con mi cena.



-A qué le temes?- Me preguntó Nick mientras me abrazaba, y me sacaba de mis pensamientos-

La noche estaba hermosa, más que hermosa, estaba encantadora, el cielo estaba totalmente despejado y las estrellas brillaban por todo lo alto. Habiamos decidido sentarnos en la orilla del mar a ver el cielo, era hermoso poder estar en silencio con él sin tener que llenarlo con palabras innecesarias. Pero lo que me preguntó estaba lleno de verdadera curiosidad
 

-En este instante?, Le temo al futuro.
-Al futuro? – Nick buscó mi mirada.
-Aja, al mañana. A no saber que pasará con nosotros.
-Bueno, mañana podremos ir a..
- Nick.
-Sé lo que quieres decir, porque yo también tengo miedo, pero estoy seguro de lo que siento, y se que no te irás tan fácilmente. Podremos estar miles y miles de millas separados pero tu siempre tendrás mi corazón.
-Se lo dices a todos tus amores de verano? –Le pregunté mientras recostaba mi cabeza en su hombro y él besaba mi cabello-.
-No.
-No?
-Me refiero a que esto no es un simple amor de verano.
-Subí la mirada y me encontré con sus ojos-. Lo miré durante el tiempo que me tomó acercarlo hasta besarlo dulcemente.

Eran estos los momentos que me hacían recordar que lo amaba de una manera inexplicable. Momentos terriblemente cursis que solo se ven en una novela romántica o en una película para llorar.
Momentos inolvidables que ojalá no terminaran.

_______________________________________________


Ally estaba sentada leyendo el diario de su abuela bajo un árbol del Central Park cuando
 Damen se acercó hacia ella.

-Hola All.
-Hola Damen.

El mismo intercambio de palabras que últimamente podían hacer.

Su relación había cambiado desde el momento en que cada uno se dio cuenta de lo que sentía por el otro. Lo lamentable del caso es que ninguno era lo suficientemente valiente como para decirlo, o simplemente demostrarlo.

Los dos abrieron la boca, pero al mismo tiempo les dieron la palabra al otro.

-Habla tú –Dijo Ally
-No, tú All- Dijo Damen.

De nuevo, los dos intentaron hablar, pero se callaron, fue uno de esos silencios incómodos que solo se pueden llenar con un beso.

Pero por supuesto eso no iba a pasar.

-Y que cuentas? –Al fin pudo decir Damen.
-Nada nuevo, y tu? – Pregunto Ally con media sonrisa.
-Nada, Veo que sigues leyendo eso.
-Aja.
-De que trata?
-De mi abuela, es su diario.
-¿Porqué estás tan interesarada en un diario tan viejo?
-No entiendes? Es de mi abuela.
-Pero tu abuela Miley escribió eso hace tanto tiempo… no entiendo como puede ser  divertido leer la vida de una persona que vivió en esos tiempos.
-Bueno, si no te interesa déjame en paz.

El silencio se hizo interminable.

-Oye, quisieras salir al cine, o algo? Tenemos mucho tiempo sin salir.
-Damen, ahora no tengo ganas, quizás en unos días, está bien?
-Claro, Claro.

De nuevo silencio.

Uno de ellos se cansó primero, y fue Damen, quien después de despedirse de su amor secreto, se fue maldiciendo el hecho de no tener las agallas suficientes para decirle lo que sentía por ella.

________________________________________________________


-Bueno –Dijo Nick- Comencemos de nuevo.
-Nicholas, si vuelves a gritarme como aquella vez...
-Eso no va a pasar.
-Esta bien.

Respire profundo y pisé el acelerador de la camioneta del abuelo.

-No frenes!
-No estoy frenando.
-Estás frenando Miley! Esto parece una montaña rusa en vez de una camioneta.
-No estoy frenando!!!
-Y quién está gritando ahora?!!!
-Ok. Lo siento.
-Vamos amor, tú puedes.

Respiré de nuevo y apreté el maldito acelerador de nuevo.
 

Esta vez la camioneta iba mas rápido, mucho mas rápido…

-Frenaaaa!!!!
-Pero…!!!
-Frenaaaaaa!!!!!
-Aaaaaahhhhhh!
-Deja de gritar y frena!!! Nos vamos a matar!!!

Pisé el freno con todas mis fuerzas y estuvimos al borde, justo al borde de chocar contra una de las montañas.

-Listo, me harté. –Abri la puerta de la pick up, me bajé y la cerré con todas mis fuerzas.
- Hey Hey Hey!
- Déjame en paz!!!
-Yo debería ser el que esta molesto, ibas a acabar con mi vida.
-No iba a estrellarme contra la montaña, no soy estúpida!
-Apenas estás aprendiendo a conducir.
-Cállate, Nick!

El muy idiota sonreía. Pff. No lo soportaba, me causaba náuseas.

-Qué es tan gracioso?!!!
-Que me estás gritando justo como aquella vez..
-Eres insoportable!!!
-Y tu te ves tan bonita enojada...
-Deja de burlarte de mí, Nicholas!
-Sabes de que me dan ganas?
-No lo sé, pero a mí de matarte!
 
-De esto..

Ni siquiera lo dijo. No hacía falta. Una sola acción servía para explicar todo lo que tenía en su mente.

Atrapó mi cintura entre sus brazos en cuestión de segundos. Ni siquiera me dió tiempo de huir. Al principio me resistí a su beso, pero era una tortura, una carrera que iba a perder, así que como siempre, me derretí entre sus brazos. Estábamos tan acoplados, tan juntos, tan perfectamente diseñados…

Mientras sus labios se movían sobre los míos sus manos descansaban en cada lado de la camioneta. Me tenía entre la pickup y él,  obligándome a permanecer en esa cárcel tentadora.

Estábamos solos, y eso me daba la libertad de embriagarme con el sabor de sus labios. Con su aliento sobre mi piel y sus suspiros en mis oídos.

Me estremecí cuando él susurró un “Te amo” entre besos. Nick sabía que decir, y en qué momento, para hacer volar mi cabeza y hacerme rogar por más.

Un camión paso tocando la bocina escandalosamente que hizo que Nick se separara de mi.

El hombre nos gritó algunas cosas que no vale la pena repetir, pero que hicieron que la sangre corriera a mil por hora hacia mis mejillas.

Entre risas, nos separamos y nos subimos a la camioneta, donde Nick conducía hasta casa.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Capítulo 7

Capítulo dedicado a Maca (@NickyLovesMiley) ♥

___________________________________________________________

Una semana, sólo una semana bastó para enamorarme perdidamente de Nicholas Jonas. Es increíble pero cierto, no fue precisamente un "amor a primera vista" ya que cuando lo vi por primera vez solo quería matarlo, entonces fue algo así como un "amor a segunda vista”… fue como una explosión de neutrones. Como si ahora mi mundo girara en torno a el. Y eso me asustaba.

Una vez leí que los amores de verano se parecen, son como una estrella fugaz en el horizonte, con un brillo tan hermoso que casi te ciega por completo, pero llega a su final, y después de ese titilante resplandor de luz, el horizonte vuelve a ser el mismo.

Lo nuestro era eso? Un amor de verano? Una simple estrella fugaz en el horizonte de nuestras vidas? No lo sé, y realmente me aterra averiguarlo.

Ya pasaron 2 meses desde mi llegada a Seabrook, 2 meses llenos de atardeceres, risas y besos llenos de ternura… además de las múltiples peleas que teníamos porque nunca le entendía cuando me enseñaba a conducir.
 Recuerdo la tarde en que Nick me llevo a cenar a su casa..

-Me veo bien? -Pregunté dudosa
-Siempre te ves bien-Aseguró él regalándome una de sus sonrisas perfectas-

Entramos a la casa de la playa donde Nick había crecido, el lugar era tan acogedor que me hacia sentir un poco mas tranquila, pero solo un poco ya que mis nervios eran evidentemente notables.

La familia estaba reunida en el living room. Joe tocaba el pequeño plano de la esquina mientras Kevin y Bella estaban sentados en el sofá, Monique comenzó a tararear una melodía, Monique? Que hacia Monique aquí? ah cierto, salía con Joe pero en que momento llego a ser algo tan.. Serio? Tal vez cuando Nick y yo nos gritábamos mientras el perdía la paciencia mientras me enseñaba a conducir. O tal vez cuando estábamos en el faro, o cuando.. Está bien me concentraré. Monique me sonrió al igual que Bella y los chicos.

Una voz muy dulce se escucho a mis espaldas

- Nick? Ella es Miley?
-Mamá! Si.. Es ella!

Así que esa era Denise!

-Mucho gusto Miley! Soy Denise!
-El gusto es mío, Señora Jonas.
-Oh no no, dime Denise!

Sonreí tímidamente y Nick me abrazó.

Lo mismo paso son Kevin, su padre, no hermano. Y con el adorable Frankie, su hermano menor. Pasamos toda la tarde en esa casa llena de calor familiar. Después de cenar Kevin Sr, fue a hacer unas cosas en el estudio y Denise quiso salir con Frankie. Estaba mirando por la ventana cuando Nick me abrazó por detrás, estaba algo aburrida así que lo empuje. El me miro con la expresión con más picardía que había visto en mi vida.

-Ven aquí -Me ordenó.
-Con un solo movimiento me desvié de su camino y corrí hacia el sofá donde estaban Kevin y Bella.
-ehmm. Miles, por si te interesa, la habitación de Nick es la segunda del pasillo. -Dijo Kevin intentando molestarme.
-Cállate Kevin -Apenas pude decir entre risas
Pero no fue una mala idea –Aunque la suya haya sido enteramente pervertida- Antes de hacer mi movimiento me fijé en el espacio que había entre Nick –Que estaba a punto de atraparme entre sus brazos- Y el pasillo.

Calcule fríamente mi destino y corrí con todas mis fuerzas hacia la habitación de Nick, Los chicos se reían tontamente de nuestro juego y yo no me quedaba atrás. Esta vez Nick no me iba a ganar.

Entré corriendo a la habitación y cuando iba a cerrar la puerta Nick la atrapó. ¡DEMONIOS!
Aproveché el momento y corrí hacia el armario de Nick –Que estaba abierto y se veía bastante amplio- Era mi oportunidad, y no iba a desperdiciarla! JA! Corrí y me encerré en el armario.

-Crees que estas a salvo ahí adentro?
-No me vas a atrapar Nicholas –Apenas pude decir mientras me reía-
-No estés tan segura de eso, Yo soy mas fuerte. –Con solo eso abrió la puerta de un tirón y me caí de espaldas mientras la risa no me dejaba ni respirar- Me miraba con la misma cara llena de picardía de hace rato y con un solo movimiento me tomó con un solo brazo y me subió a uno de sus hombros, mientras tanto yo le golpeaba la espalda, que por supuesto no servia de nada.

Me lanzó a su cama mientras entre risas comenzaba a hacerme cosquillas macabras.

-Ya.. Nick.. Déjame…. –Apenas pude decir-
-No no no, tu eres mala, ahora veras lo malo que soy yo. 
-Ya no aguanto.. por.. favor.. Nick.. BASTAAA! 

Lloraba de la risa y mi estomago me dolía horriblemente pero Nick no me dejaba en paz, así que tome su cara como pude y estampe mis labios con los suyos. Su respuesta fue inmediata. Se acomodó sobre mi y profundizó el beso que me salvaba de la risa, pero que peligrosamente me llevaba al camino de la tentación, habíamos descubierto que nuestros cuerpos reaccionaban como chispas y combustible en apenas segundos. Definitivamente éramos físicamente compatibles aunque por supuesto no habíamos llegado mas lejos de lo que debíamos.

Me asustaba lo cómoda y a gusto que me sentía estando así con Nick. Y estoy segura de que seria muy mal interpretado si alguien nos encontraba, pero sus besos eran adictivos, como una droga que te hacia querer mas, mas y mas..

Estaba comenzando a delirar cuando..

- Nick, Para.
-Ehmm.. –Se aclaró la garganta- Claro, estee... salimos?

Reí antes su reacción y salimos al living room.


Creo que esa fue la primera vez en que comenzamos a ir un poco más lejos. Era como si los besos no alcanzaran, era extraño, y a la vez demasiado atractivo.

Si, soy una pervertida, pero Nick era EXTRAMADAMENTE hermoso y eso no ayudaba mucho en mi intento de controlarme.

Por eso estoy aterrada de lo que siento por él, porque ya no es solo mi corazón el que lo pide, sino que mi cuerpo lo necesita, y mi mayor temor es que todo esto se esfume con mi regreso a Charleston, pero no es tiempo de pensar en eso, aun me queda un mes con Nick. Un mes que pienso disfrutar como si fuese el ultimo de mi vida.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Capítulo 6

-Cuéntame algo de ti –Dijo Nick mientras desayunábamos en la playa con el cielo apenas claro.
-Que quieres saber?
-Todo, Absolutamente todo.
-Veamos, nací en California, pero me crié en Charleston, amo la fotografía y mi pasión es escribir. Estudiaré Artes en New York en invierno, mi padre es dueño de una imprenta, y mi madre su amor eterno. Monique es mi hermana y mejor amiga, nunca he salido oficialmente con un chico ya que mi familia es muy recatada y mi padre nos sobreprotege al extremo. Mi sueño es viajar por el mundo y encontrar el verdadero amor. –
Nick me miraba fijamente, estaba tan enfrascada en mi historia que no me percate de la intensidad de su mirada, era hermoso, y verlo así me hacia amarlo más.  Alguna otra cosa?
-Color favorito?
-Blanco.
-Día de la semana?
-Viernes.
-Me quieres?
-Por supuesto –Las palabras salieron de mi boca sin darme cuenta- Gracias por engañarme
-No lo hice. Tu sola lo dijiste –Y río como siempre lo hacía- Yo también.
-Tu también que?
-Yo también te quiero. Y  me asusta que sea tan pronto. Pero es así.


Ese día supe que lo que sentía era verdadero.

-Hoy quiero que me hables de ti -Le dije y me encogí de hombros.
-Te lo mostraré - Me dijo con una sonrisa confiada. 
-A donde vamos?-Mientras me tomaba de la mano y me llevaba en otra dirección
-Es sorpresa -Sonrió aun mas ampliamente.

Subimos al bote que
Nick siempre usaba, y comenzó a remar mientras intentaba pensar a donde me llevaba.

-Me dirás a donde me llevas?
-Por supuesto que no.
-Me vas a secuestrar?
-Quieres que lo haga? – Me sonrió con una sonrisa seductora.
-Nick!.
-Está bien. Espera.

Nick me veía, el sol apenas saliente comenzaba a iluminar su rostro que parecía ser tallado por los ángeles, sus ojos tenían un brillo propio y quedaban cuidadosamente enmarcados en sus espesas y largas pestañas.

Era hermoso, no, era mas que eso, era alucinante.

Nick siguió remando mientras yo me deleitaba con su figura, los músculos de sus brazos contrayéndose en cada movimiento. Unos 5 minutos después llegamos a nuestro destino, no se me había ocurrido que Nick me llevaría a ese lugar ya que formaba parte del paisaje, era un adorno en esta hermosa pintura. El faro se erguía a pesar de los años y años que llevaba construido en medio del mar. Quedé impactada con la forma en que aquella torre de luz abandonada se imponía sobre la inmensidad del océano a su alrededor. Nick se detuvo en el pequeño muelle del faro y me ayudó a subirme antes de fijar el bote al muelle.

- Nick que hacem… -Me interrumpió.
-Shhh. Sígueme-Me entregó otra sonrisa radiante y me dio su mano para que lo siguiera.

A primera vista, el faro estaba completamente abandonado, eso me llevaba a preguntarme que rayos hacíamos aquí. La entrada principal estaba completamente tapada con bloques de cemento. Estaba cerrado el faro. Subí mi mirada y Nick comprendió enseguida mi pregunta sin siquiera abrir la boca, me dirigió hacia una pequeña ventana en la parte trasera del faro y sonrió aun mas ampliamente.

-Se supone que entre por ahí?
-Oh si.
- Nick yo...
-Estoy aquí contigo, es la única entrada y me pediste que te hablara de mi,  así que aquí estamos.
-Pero que tiene que... -Me interrumpió.
-Entra mujer!
-Esta bien Esta bien!

Con cuidado me senté en la ventana, luego subí una pierna, y luego la otra antes de lanzarme hacia dentro.

Nick entró mucho más fácil, pude notar que llevaba muchísimo tiempo haciendo eso. Me pregunto si aquel día cuando estuvo en el bote... Ahí quedó el hilo de mis pensamientos en cuanto vi el interior del faro. Todo estaba lleno de polvo, evidentemente alguien había vivido aquí. Había una pequeña cocina, una salita y una puerta que supongo era un baño, a pesar de ser una torre, el lugar era bastante amplio. Y el susurro del mar lo hacía acogedor, aunque jamás quisiera estar aquí en medio de una tormenta.

Nick no me soltó, me dejó apreciar lo que quedaba de la pequeña casita en el medio del mar, me estaba acercando a la ventana cuando me detuvo y se encaminó a las escaleras. 

Sentí un salto en el estomago por el miedo a lo desconocido, pero estaba con Nick, y ni siquiera un rayo podría asustarme mientras su mano abrigaba la mías.

Subí con cuidado apoyada de la mano de Nick. La puerta sonó al abrirse, pero lo que vi frente a mi no lo esperaba.

Una habitación perfectamente equipada. Nick soltó mi mano y me dejó curiosear todo. La cama estaba perfectamente situada en el medio de la habitación, y el mobiliario parecía maltratado por la sal del mar, aun así todo lucia perfecto. Había una cartelera con decenas de recortes, fotografías, imágenes de los deseos de Nick. Había una casa gigante, un avión, una camioneta, una guitarra, una foto de la torre Eiffel y del Cristo redentor de Brasil. Había un billete de diez dólares y una foto de su familia.

Dejé la cartelera a un lado y toqué el contorno de un cuaderno que había sobre la mesa, Nick estuvo a punto de protestar, pero yo levanté un dedo para callarlo, si me había traído aquí no me iba a privar de nada.

Cuando abrí el cuaderno no pude evitar sorprenderme. Nick me miraba inseguro desde el otro extremo de la habitación. La primera hoja del cuaderno era un dibujo tan perfectamente hecho que parecía una fotografía, el pintor había capturado exactamente la esencia del lago, los arboles, las rocas, todo, todo era hermoso.

Los dibujos seguían quitándome la respiración, hasta que uno me impacto por completo.

Era yo.

-No es muy bueno, tú eres mucho más bonita.
- Nick… –No pude decir nada más.
- Te dije que no es bueno.-Me interrumpió.
-Nick, cállate! En serio, eres muy bueno… Tienes un don.

Ver mi imagen era como verme en un espejo, Nick había capturado uno de los momentos que habíamos pasado juntos en su memoria y lo había plasmado con la máxima precisión en el papel, en mi dibujo, yo estaba sentada en la arena, con mi cara suavemente recostada en mis rodillas mientras que con mis brazos abrazaba mis piernas. Ese fue el momento en que admití que lo quería mas de lo que debia y mas rápido de lo que había pensado.

En el extremo inferior de la hoja decía:
Miley Cyrus, Julio 7, 1940.
Y mas abajo. La firma de Nick.

Habían muchísimas más cosas en la habitación, pero aun no me reponía de este detalle. Nick me tomó del brazo y me llevó hasta una puerta, que por sorpresa no era la de la salida. 

Nick abrió la puerta de dos ejes, similar a las de un armario y el sol entró radiante por la habitación.

Me cortó la respiración. Caminé con cuidado hacia el balcón del faro, la vista no tenía nombre, era excesivo, mis ojos se llenaron del azul del mar. Que era absolutamente todo lo que estaba frente a mí, ni siquiera veía la costa, pero por supuesto solo tendría que caminar hacia el otro lado del balcón que rodeaba el faro. Era hermoso, sofocantemente hermoso. Había cientos de tonalidades de azul que se iban degradando mientras mas profundo estaba. En ese instante no pude decirle a Nick lo que pensaba, así que con un movimiento instantáneo, lo tomé por el cuello y lo atraje con fuerza hacia mí.

Capítulo 5

Otro día comenzó, el sol no entró esta vez por la ventana, pero se anunciaba el comienzo de un nuevo día. 

Me levanté de la cama, y fui al balcón, el sol apenas estaba arriba y comenzaba a iluminar la playa.

Me vestí, tomé mi bicicleta y salí de la casa. 

Había unas cuantas personas en el muelle, pero prácticamente estaba solo. Aun era temprano, seguramente todavía no eran ni las  6am.

Me bajé de la bici, me quité mis sandalias y caminé descalza sobre la arena aun fría por la noche.

Seguí caminando con mi bici hasta dejarla segura en uno de los asientos de la Avenida.

Caminé, sintiendo el viento, el sol, y contemplando el inmenso azul que estaba sobre mi.

Estaba sentada en la orilla, las olas alcanzaban solo los dedos de mis pies cuando chocaban contra la arena mojada.

Estaba ensimismada cuando vi un bote acercarse.

El chico remaba de espaldas, y cuando se bajó para subir el bote a la playa, vi que era
Nick.

Mi corazón dio un salto estúpido y sentí frío  en el estomago. Me aclaré la garganta, y miré a otro lado, la idea era que
Nick no viera que lo acosaba con la mirada,
pero fue prácticamente imposible cuando intenté verlo disimuladamente y el se reía alegremente.

Me quedé congelada al ver su risa, juro que en ese momento sentí que todo iba a menor velocidad.

-Por que intentas esconder que me veías?
-
Nick, yo no...
-Es broma Miles.
-Lo... Lo sé –Reí nerviosa
-Y de nuevo mientes.
-Quien lo dice?
-Yo.
-Por que lo dices?
-Hay formas de reconocer cuando una persona miente. –No dije nada,
Nick se sentó justo a mi lado en la arena- Y tu cuerpo no miente.


Seguía sin hablar, Simplemente no podía hacerlo, estaba congelada.

-No te niego que sabes disimular muy bien. Pero como ya dije, tu cuerpo te delata.
-Mi cuerpo?
-Tus mejillas. –
Nick me miró a los ojos, sonrió de nuevo y volteó al mar- Siempre te sonrojas.
-Te recuerdo que te conozco desde hace poco.
-Me bastan las dos situaciones en las que he estado contigo para conocerte. –
Nick volteó de nuevo hacia mi, sus ojos buscaban cualquier movimiento que intentara hacer- En la feria te vi enojada, vi como tus ojos reflejaban eso, y como tus mejillas cambiaban de color, y bueno, también te vi cuando estaba a punto de besarte, de nuevo vi tus ojos, y tus mejillas. Y por supuesto vi de nuevo cuando me empujaste y volvió la rabia. – Nick rió de nuevo mientras yo puse los ojos en blanco, subí las piernas y apoye mi cara en mis rodillas-

-Y como intentas evitar que hable de eso. –Su comentario me dio risa, sonreí y negué con la cabeza-
-De nuevo recosté mi cabeza en una rodilla pero esta vez viendo a
Nick
-Te tengo una propuesta.
-Cual?
-Hagamos esto todos los días.
-Crees que no tengo otra cosa que hacer?
-Vamos Miley, si tuvieses algo mejor que hacer no estarías aquí.
-Me atrapaste, -Reí- pero que te hace pensar que quiero estar aquí contigo todos los días?
-De nuevo, tu mirada.

Estuvimos en silencio, escuchando el sonido de las olas al chocar con la orilla hasta que pregunté:
-Como lo haces?
-Hacer qué?
-Encantar a las personas.
-Te encante a ti?
-No se supone que sabes lo que pienso?
-Se que sientes. –
Nick se puso serio, seguí viéndolo, no quería perderme ni un segundo de su teoría- Sé que te gusto, eso lo notaría hasta un ciego, lo sé por la forma en que me miras, por como te pones nerviosa cuando estoy cerca de ti. Y en este mismo instante te dejé sin palabras de nuevo.
-Te odio.

Nick soltó otra de sus risas despreocupadas y se levantó.

-A donde vas? – Pregunté dudosa.
-A desayunar, y tu vendrás conmigo.
-Pero...
-Shhh, vendrás conmigo.

Volteé a ver el bote de
Nick junto a varios botes de pesca y luego mi bici fija con una cadena en el asiento que la había dejado.

Nick me ofreció su mano, esta vez la acepté sin dudarlo, me estaba acostumbrando a esto, su mano sobre la mía, sus dedos entrelazados con los míos, sus ojos mirándome, su risa encantándome.

El, enamorándome más en cada segundo.

________________________________________________________________________

Ally suspiró al leer esas palabras, eran más de las 2am. Y ella seguía sin poder dejar a un lado la historia que la cautivo totalmente. Pero su vida no era tan fácil, así que apagó la luz y se quedo dormida.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Capítulo 4

(Continúa el diario)

No lo niego, entré en pánico. Comencé a llorar como una estúpida y Nick me tomó en sus brazos.

-Calma, ya va a volver la luz. Shhhh.

Sus manos iban desde mi cabello a mi espalda y me sentí la más tonta de todas las tontas.

Habían pasado cinco minutos desde que estábamos ahí arriba y Nick seguía tranquilizándome. Apenas podía ver su rostro en la oscuridad, ninguno hablaba, solo se escuchaba el sonido de nuestra respiración, En ese instante vi como Nick se acercaba peligrosamente hacia mi. Era el peor, y el mejor momento de mi vida.

Pero en ese mismo instante, la luz volvió en todo el muelle.
 

Nos separamos a una distancia más prudente y menos comprometedora, aunque su mano siguió sosteniendo la mía.

Nick me ayudó de nuevo al bajar de la rueda y cuando subí mi mirada y lo vi, pude notar que algo había cambiado en mi.

Los chicos nos esperaban abajo; Monique corrió a abrazarme. Nick hablaba con el chico que operaba la rueda, y por metiche quise escuchar que  Nick le decía.

- Que tal salió todo? -Preguntó el chico que operaba la estúpida rueda que me hizo llorar.
-Digamos que bien
-Que no hubo … acción?
-No, ella no es..

No escuché mas, con eso me bastaba.

-Todo esto fue idea tuya?
- Miley, espera. Yo no..
-Me hiciste subir a esa cosa para luego hacer que se detuviera y se fuera la maldita luz para así poder hacer quien sabe qué?!.

Nick fijó su mirada en mi, y luego se rió descaradamente en mi cara.

-Qué es lo que te causa tanta risa?! -Grité.
-Que te ves adorable gritando de esa manera.
-Oh por dios! Cállate Nick.
-No lo hice a propósito, bueno, no todo.
-La parte de detenerse y que se cortara la luz solamente?
-No, solo quise que se detuviera para que vieras todo esto, pero la luz, juro que no fue mi intención, me he dado cuenta de que tu suerte no es muy buena.
-Mi suerte era buena hasta que te cruzaste en mi camino!

Nick se rió de nuevo.

-Y ahora qué?!
-Volviste a gritar.
-Suficiente, me voy.
-No, no  lo harás.
-Quién me lo va a impedir?
-Yo.
-Y quién eres tú para impedirlo?
-Nick Jonas, un placer conocerte.

Y justo cuando terminó esa frase, terminó la distancia que nos separaba. Tomó mi rostro y me besó, todo esto en un segundo.

Al principio no sabía ni que pensar. Pero cuando me di cuenta de lo que sucedía, seguí su juego, recordé las ansias de besarlo que me habían atacado hace rato en la rueda, nuestros labios se movían con una sincronización increíble, como si estuviesen hechos para estar juntos. Entonces recordé porque estaba molesta y con un empujón me alejé de él.

-No.. Vuelvas.. A hacer.. esooo!

Esta vez las carcajadas de Nick llenaban todo a mi alrededor, no lo soportaba, estaba furiosa y su risa atacaba peligrosamente mi estado de animo. Era demasiado contagiosa, y antes de que pudiera reírme, me di vuelta y me fui comprar una bebida que me aclarara la mente.
Esa noche dormí con una sonrisa tonta al recordar el beso de Nick.

Es increíble como una persona se roba tus pensamientos en tan poco tiempo.

El era esa clase de personas.



____________________________________________________________________


El timbre que anunciaba la entrada a clases tomó desprevenida a Ally, quien se encontraba profundamente sumergida en el diario de su abuela, dejando a un lado la clase de trigonometría de ese día. Damen, su mejor amigo la miraba indeciso desde su asiento, hasta que se acerco a ella buscando una oportunidad.

-Hola Al.
-Hey.
-Como estas hoy?
-Ehmm, Bien.
-Que lees? –Arrebatándole el diario de las manos.
-Suelta. ESO! –Quitándole el diario a Damen
-Esta bien, Al, no sabia..
-Nunca sabes nada Damen!

Ally tomó su mochila y se levanto de su asiento dejando a su mejor amigo petrificado ante su reacción.


Las cosas entre Ally y Damen eran tan simples que ni ellos mismos se daban cuenta.
Su relación era mas fuerte que una simple amistad, Se amaban mutuamente, pero cada uno estaba tan encerrado en su propio mundo y en su inseguridad que no se daban cuenta que el otro sentía lo mismo.
Dias y noches de pensar en ella, días y noches de anhelarlo a el.

_____________________________________________________________________

martes, 23 de noviembre de 2010

Capítulo 3

Ally nunca se había sentido bien en su mundo, era de esas personas que siguen el día a día con rutinas, respirar por respirar, en vez de vivir momentos que te dejen sin respiración. 

Ally era una chica normal, con amigos normales y tardes normales frente a un libro normal. 

Sus mejores amigos eran sus confidentes y su habitación: Su refugio. A sus 17 años. No había experimentado las bellezas de la vida. 

Pero el destino estaba preparado para cambiar eso.

Leer el diario de su abuela la haría cambiar su perspectiva del mundo. Y todas las cosas que sabia de la vida comenzaron a cambiar esa misma noche.

_____________________________________________________________________

(Continua el diario)
Pasamos el resto del día en la playa, mi mal humor se esfumó en cuanto conocimos a Kevin, el prometido de Bella, el chico era una de las personas más carismáticas y amables que pude haber conocido en mi vida. Su hermano Joe, también estuvo con nosotras. Nos contó que su deseo era ser músico, pero no sabía si creerle porque todo lo que decía lo hacía con una carcajada en la garganta. Era tan divertido ese chico.

El día siguió sin incidentes que empeoraran mi humor recientemente mejorado.

Después de cenar, Monique y yo nos quedamos en el columpio que estaba en el patio trasero a hablar antes de dormir.

-Hermana – Dijo algo temerosa.
-Si?
-Si te digo algo, Me crees?
-Hmm. Por que no?
-Me Gusta Joe.
-Que Joe?
-Joe.
-Que Joe?
-Joe, El hermano de Kevin.
-Monique! Apenas lo conociste.
-Lo sé, pero es que algo tiene su sonrisa… no sé, me gusta.
-Y que haras al respecto?
-Nada. Dejare que las cosas se den por su propio rumbo.
-Ahmm. Suerte con eso pequeña.

Después de hablar un rato más sobre Joe nos fuimos a la cama.

De nuevo me desperté con una luz cegadora en la cara y me di vuelta mientras maldecía igual que la mañana anterior.

Mi verano se estaba tornando rutinario y tenía que encontrar algo que hacer. 

En la mañana ayudamos a la abuela con el jardín y luego con el almuerzo, Kevin pasó en la tarde para invitarnos a la feria esta noche y las tres aceptamos, Monique y Bella por motivos románticos, yo, por pura amabilidad y agradecimiento.

La noche estaba perfecta, mucho más hermosa que las anteriores. Las estrellas brillaban en lo alto del cielo y la luna casi llena se imponía ante nosotros. 

El muelle estaba lleno de gente. Familias enteras disfrutando de la feria, parejas compartiendo un momento intimo entre la multitud, y amigos derrochando su dinero por diversión.

El ambiente estaba inundado de alegría, las risas y los gritos aturdían, pero como dije, todo era perfecto.

En la entrada del muelle pude ver a Joe y a Kevin acompañados por otro chico, no logre reconocerlo ya que estaba de espaldas pero un segundo después, quise irme corriendo de ese lugar.

-Hola chicas -Dijo Kevin. Nos saludo a cada una, dejando a Bella para el final, y apretándola en un fuerte abrazo y un caluroso beso.

Joe fue un tanto más tímido, algo raro en él,  pero aun así, su mirada era tan intensa que hasta Monique se dio cuenta de su interés hacia ella.

Kevin Interrumpió su escena romántica con Bella para hablar.

-Chicas, el es nuestro hermano, Nick.

El chico que había notado antes pero que por un momento se había vuelto invisible, se acerco un poco más hacia nosotras.

Las luces de los Juegos mecánicos iluminaban su rostro, su cabello, su cuello, su espalda, sus piernas.

Dejé de observarlo de esa manera tan inapropiada y me concentré en sus rasgos, perfectamente delineados, Sus ojos cafés brillando en la luz y mirándome fijamente, su nariz perfilada, sus labios carnosos enmarcaron una sonrisa, una sonrisa peligrosa que me dejó sin aliento. Pero el cabello rizado fue lo que me recordó donde lo había visto antes.

-Tienes que estar bromeando!
-Creo que ya me recordó - Dijo Nick, y al escuchar su voz sentí algo extraño en el estomago.

Nick se rió despreocupadamente, su risa era tan masculina, pero a la vez tan verdadera, tan natural, tan contagiosa.

Me miró de nuevo, su mirada era tan penetrante que a pesar de estar de espaldas podía sentirla, me voltee en su dirección como si el me estuviese hablando telepáticamente, al enfrentar su mirada, me sonrió de nuevo, no soportaba su sonrisa, esa sonrisa podría convencer a alguien de saltar de un precipicio.

-Te vas a perder la diversión por un simple accidente? -Dijo el un tanto altanero.

Para cuando voltee los chicos habían tomado su camino.

Monique y Joe estaban quien sabe donde, mientras Bella y Kevin iban por comida rápida.

Fantástico, que se supone que iba a hacer yo con Nick?

Esperé unos segundos mientras escuchaba las risas de la gente hasta que me harté y caminé en dirección contraria a Nick.

-Por que te vas?
-No estoy divirtiéndome.
-Ni siquiera lo estas intentando.
-No tengo con quien divertirme.
-Repito, no lo estas intentando.
-Me voy a casa.
-Te perderás.
-No lo hare.
-Sabes llegar?
-En teoría.
-Es tarde, no vayas sola. -Esta vez su voz no era provocándome, pude ver que se preocupaba de verdad.
-Entonces voy a los juegos -Dando vuelta y dirigiéndome de nuevo a la feria. Nick caminaba detrás de mí, y en vez de molestarme, sonreí tontamente, pero por supuesto tenía que seguir con este juego.

-Es tu trabajo seguirme?
-No, como ciudadano de Charleston, Carolina del Norte tengo el deber de enseñar las cosas buenas de mi estado.
-Ahhhh.
-Ven, quiero mostrarte algo.

Nick caminó confiado entre la multitud, con cuidado de no perderme de vista mientras pasábamos entre la gente.

Se detuvo al frente de la gigantesca rueda de la fortuna y entrego dos tickets.

-Vienes? 

Yo estaba petrificada, mi miedo a las alturas no me dejaba ni siquiera pensar.

-Oh, adelante, yo.. Yo estoy bien.
- Oh no, vamos Miley, sin ti no voy a subir.
-Pero...
-Por favor?

Me sonrió de nuevo, y me ofreció su mano (Por segunda vez, aunque las circunstancias fueran muy diferentes).

Nick abrió la pequeña puerta del asiento, me ayudó a pasar, y aún sosteniendo mi mano entró él.

La rueda aun no se movía, Nick quitó su mano y se apresuró a bajar de la rueda.

- Nick! -No pude decir nada más, el pánico me atacó.
-Espérame, no tardo.

Estaba tan asustada por una estúpida rueda de la fortuna que estaba a punto de llorar, traté de pensar en otra cosa. Seguí a Nick con la mirada hasta que lo conseguí … en el lugar donde estaba el chico que operaba esta cosa.

Después de decirle algunas palabras al chico, Nick corrió hacia donde yo seguía aterrada y se sentó a mi lado.

La rueda dio una sacudida y comenzó a subir, cerré los ojos y tomé un largo respiro, Nick soltó otra risotada, lo miré con odio y me sonrió tiernamente.

-Relájate, Miles.
-No puedo. -Una mano estaba aferrada a una de las barandillas mientras que la otra se apretaba a mi rodilla. – Y no me digas Miles.  

Nick puso su mano en mi rodilla, quitó mi mano que debía estar a punto de congelarse. 

Sus manos, fuertes pero delicadas refugiaron la mía dándome confianza, y cuando sus dedos se entrelazaron con los míos, deje de estar nerviosa por las razones de antes, ahora, era por el.

Cuando seguíamos subiendo Nick me dijo:

-Cierra los ojos.
- Nick.
-Confía en mí, estoy acá, cierra los ojos.

Aun sigo sin entender como mi cuerpo seguía sus órdenes tan descaradamente.

Cerré los ojos y me concentré en la calidez que le daba su mano a la mía, en la sensación del viento en mi cabello, en mi rostro y en el resto de mi piel, en como todos los sonidos se escuchaban mas y mas lejos. La perfecta voz de Nick me trajo a la tierra de nuevo.

-Puedes abrirlos.

Ni siquiera supe en que momento nos detuvimos, al principio estuve a punto de sufrir un ataque nervioso pero Nick apretó más mi mano y me susurro al oído.

-Relájate.

En ese momento me concentre en todo lo demás, Estábamos a decenas de metros del suelo y todo te dejaba sin respiración, el mar estaba del azul mas oscuro, el cielo lleno de principio a fin por estrellas diminutas, la luna brillando en todo su esplendor.

A lo lejos, las luces de las casas se veían diminutas. Todo dándole un toque mas especial a este momento, voltee mi mirada para agradecerle a Nick haberme traido aquí y quede aun mas shockeada.

Estaba tan cerca que me tomo por sorpresa, pude detallar claramente los lunares que decoraban hermosamente su rostro.

Su mirada estaba perdida en la mía, y de pronto la urgencia de acortar la distancia que nos separaban me tomaron desprevenida.

De pronto, las luces de toda la feria se apagaron y las personas que estaban en la rueda ahogaron un grito.

Capítulo 2


Me desperté con un rayo de luz que casi me dejaba ciega. Cuando vi la hora maldije el hecho de no haber cerrado la ventana.

La abuela había preparado el desayuno, estaba sirviendo los wafles … Cuando entré a la cocina, le ayudé con lo que faltaba y cuando bajó Monique, desayunamos juntos.

Habían pasado 40 años desde que mis abuelos se enamoraron y aun se tomaban de la mano mientras desayunaban.

Se miraban de una manera tan tierna y envidiable que cualquier persona soñaría con experimentar alguna vez.

Monique y yo quisimos ir a la playa esa mañana. El sol brillaba en lo alto del cielo, en el muelle habían pequeñas tiendas improvisadas donde vendían todo tipo de comida, y decenas de hombres trabajaban duro para terminar los juegos que se estaban construyendo.

Al parecer, la feria comenzaría esta noche.

-¡Hey, extrañas! -Escuché gritar a mi espalda.

Nuestra tía de 22 años estaba detrás de nosotras.

-¡Bella! -Gritó Monique con entusiasmo. 

-Hey tía. -Dije yo.
-Nunca me llames así en público.
- Lo recordaré -Y reí notablemente.
-Las extrañe chicas. Este verano será ¡in-cre-í-ble!
-¿Lo dice una mujer comprometida sin derecho alguno a divertirse? -Pregunté.
-Ja-ja-ja, muy graciosa. En serio chicas. Tengo tantas cosas planeadas para ustedes que sencillamente jamás olvidarán este verano.

Ya estábamos en la playa cuando de pronto sentí como alguien chocaba de frente contra mi y me hacía estamparme de espaldas contra la arena caliente. Abrí los ojos con cuidado para encontrarme con un el imbécil que me había arrollado.

El chico alto, delgado y de cabello oscuro y rizado me ofreció su mano para levantarme. Una mano que ignoré y me levanté sola. Bella intercambio algunas palabras con el chico. Pero para ese momento yo ya estaba alejándome de ahí mientras limpiaba la arena que había entrado hasta mis oídos.

Estaba enojada, y si así comenzaba mi maldito verano, ya quería que terminara.

Me acerqué a la baranda del mirador del muelle y trate de calmarme.

Cuando estaba un poco mas tranquila volví a la playa donde estaban las chicas sin decir ni una palabra.

-Te calmaste? -Preguntó Bella.
-Si. -Respondí, aunque realmente seguía molesta por esta tontería.
-No parece -Acotó Monique.
-Tengo que irme de nuevo o superaran el tema?
-Ya basta Miley, vamos a divertirnos. -me contestaron con una sonrisa.

No me quedó otra más que sonreír y olvidar el tema.

_____________________________________________________________


Terminé de leer las primeras páginas del diario, pues mi celular comenzó a sonar,  trayéndome a un mundo más moderno. Uno al que nunca sentí que pertenecía.

"Y sin embargo pienso que este no es mi lugar, que todo es un relleno y nadie vive de verdad’’


Capítulo 1

Hace días, limpiando la habitación de mi abuela conseguí su diario. Ella, con una sonrisa en el rostro me permitió leerlo. 

Fui a mi habitación y a la luz de mi lámpara de noche comencé a leer, dirigiéndome a una época mas fácil, mas sincera, mas real.

___________________________________________________________




Todo comenzó en el verano de 1940, antes de que el mundo estuviera en guerra, cuando las aves no le habían dado paso a los aviones y los veleros a los buques con explosivos.

La imprenta de papá había recibido una propuesta muy tentadora en Europa y mamá y el planearon dos viajes, el de ellos, y el de mi hermana menor y yo a Carolina del norte junto a mis abuelos. 

Monique y yo empacamos nuestras cosas con resignación, despidiéndonos del verano que habíamos planeado junto a nuestros amigos, Mi hermana menor y yo compartíamos habitación, gustos y amistades, suena extraño, viniendo de hermanas, que por ley deben pelear a cada minuto por maquillaje, ropa y salidas, pero las cosas con Monique dejaron de ser así hace mucho, solo tenemos 11 meses de diferencia de edad. Cuando yo apenas tenía dos meses de nacida mi mamá se enteró de que había ocurrido un "accidente" Y 9 meses mas tarde nació Monique

Los días de preadolescente fueron los peores, no parábamos de gritarnos una a otra, pero ahora cuando tengo 17 años y ella 16 no podemos separarnos. Aparte de ser mi hermana, es mi mejor amiga y mi diario andante.

-No recuerdo Carolina del Norte -dijo ella.
-Tampoco yo.
-Habrá chicos? -Preguntó recelosa.
-Supongo. Mamá dijo que la costa es muy bonita, y la casa de los abuelos muy cerca de la playa eso si lo recuerdo.
-Ahhhh.

Recogimos todo y nuestros padres nos llevaron hasta la casa en donde estaríamos por estos 3 meses.

Nunca entenderé como mi memoria pudo suprimir la imagen de esta casa cuando yo era una niña.

La casa era gigantesca, con paredes blancas y un porche gigante. Los arboles de la entrada brindaban un hermoso lugar donde leer por tardes completas ya que no tenia planeado descansar junto a un enamorado.

Al entrar a la gran casa nos acogió un olor a galletas. La abuela estaba horneando mientras el abuelo cortaba leña en el patio trasero. ¿Leña? ¿En verano?

Saludamos a los abuelos y conversamos durante horas hasta que partieron a Europa.

-Estás hermosa -Dijo mi abuela mientras me ayudaba a desempacar en la habitación que había pertenecido a mama
-Gracias abuela -Y le sonreí.
-Monique es tonta, prefirió la cuarto de huéspedes en vez de quedarse aquí, esta es una de las mejores habitaciones de la casa.
-Veo por que mamá la amaba.

La amplia habitación tenía un balcón que daba al patio trasero, y lo mejor, la playa. Desde ahí podía ver la arena y el mar que ahora estaba completamente oscuro y en calma, acompañado de estrellas que brillaban en el cielo.

Escuchaba los grillos, y al sentir la brisa del viento supe lo fascinante que era este lugar.

-Y donde está Isabella? -Pregunté dudosa.

Bella, nuestra pequeña tía Bella. Apenas tenía 22 años, la hermana menor de mamá. Jamás le digas "tía" o te golpeara en la cara.

-Salió con Kevin- Dijo mi abuela - Casi nunca se separan.
-Cuándo es la boda?
-En invierno, así que te veré de nuevo muy pronto.
-Me verás todos los días durante 3 meses. Estoy segura de que llegará el momento en el que me odiarás.
-No lo creo-Dijo ella con seguridad.

Solo sonreí y terminé de guardar mi ropa en los cajones, Mis libros en la repisa y mi neceser al alcance.

Cuando estuve sola, me puse mi pijama y me acosté en la gran cama. Era verano, pero el viento estaba helado. Definitivamente no entendía este lugar.